Nuestra señora de las iguanas, es una obra fotográfica hecha por la artista mexicana, Graciela Iturbide, en 1979, en el mercado de Juchitán, Oaxaca, y la mujer que aparece en el retrato fue Sobeida Díaz, una mujer dedicada al comercio.
El encuentro entre la fotógrafa y Sobeida se dio en el mercado público 5 de septiembre, cuando la comerciante zapoteca caminaba con las iguanas sobre su cabeza en los pasillos de este espacio comercial a finales de la década de los 70s, cuando Iturbide viajaba constantemente a esta ciudad, por invitación del pintor Oaxaqueño, Francisco Toledo.
Sin saberlo en ese momento, esa imagen se convertiría en un ícono para el empoderamiento de la movimiento feminista tanto en México como en otras partes del mundo.
La mujer que fotografiada fue la señora Sobeida y de acuerdo con los testimonios de sus familiares y de las personas que la conocieron, aseguran que desde pequeña tuvo la necesidad de trabajar, vendiendo prácticamente de todo, gallinas, collares de flores, tortillas, cerveza, huevos de tortugas, incluso iguanas, ya que este último es un reptil que se consume en esta su tierra natal.
En diversas entrevistas, la fotógrafa ha contado que se encontraba recorriendo las calles céntricas y la zona comercial de esta población zapoteca, cuando vio a Sobeida con las iganas en la cabeza. De inmediato le pidió que posara para tomarle las fotografías, pero la situación se complicó ya que las iguanas se le caían; incluso solo quedaban 12 placas disponibles en su cámara, pero de una de las tomas que logró hacer, captó esta iconica fotografía que ha recorrido el mundo.
Esta fotografía se utiliza en uno de los accesos de la ciudad Juchitán, Oaxaca, donde también se cuenta con un monumento llamado “La iguanera”, además un grupo de artístas de realizaron un mural conmemorativo, , se cuenta con un mural en Los Ángeles California, en Estados Unidos, y ha sido imagen para la portada de revistas.
Esta fotografía cumple 45 años de haberse hecho, ha sido motivo de reconocimientos para la maestra Graciela Iturbide, quien le guarda un cariño especial a Juchitán y a sus mujeres luchadoras.